Refuerzos “solidarios”
Viveros Herol BM Nava se ha hecho con los servicios de dos jugadores de nivel internacional. Una buena operación deportiva pero también un gesto solidario, dada la situación que se vive actualmente en Ucrania.
Primero fue el croata Luka Šebetić, jugador de 27 años y 1,98 de altura, que llegó a Nava procedente del HC Motor Zaporozhye ucraniano, tras la suspensión de su competición debido al conflicto bélico con Rusia. Un lateral derecho con experiencia en la EHF Champions League, internacional con la selección croata, y que de hecho consiguió la medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Polonia 2016.
“Es la primera semana de mi vida que hablo español”, fueron las primeras palabras de un Sebetic, a quien la vida le ha dado un giro de 180 grados. Un refuerzo que llegó avalado por el mítico Ivano Balic y su pasado como jugador del técnico Zupo.
Sebetic tuvo que viajar durante dos días en coche, con toda su familia, para poder cruzar la frontera y llegar a Croacia. “Estaba lleno de militares por todos los lados y viajamos con un bebé de apenas 10 días y con dos niños más muy pequeños”.
Un jugador con ganas de agradar en la liga española y que ya pudo debutar el pasado sábado en el duelo frente al Bidasoa de Irún.
Y si Sebetic llegaba a principios de abril, unos días más tarde era su compañero Dmytro Horiha quien hacía el mismo camino, y quien también se estrenaba en el último compromiso liguero. El lateral izquierdo ucraniano, de 1,94 de altura y 24 años, que llegaba del mismo equipo ucraniano, y por idénticas razones: La cancelación de la competición en su país.
Al igual que Sebetic, Horiha llegó a Nava con su familia y con ganas de integrarse lo antes posible. Curiosamente, su presentación ya tuvo un bonito gesto, con la presencia del bielorruso Patkoski como improvisado intérprete en su primera rueda de prensa. Y es que el deporte no entiende de nacionalidades.
“La Liga Asobal es muy fuerte y pensaba que para terminar mi temporada venir a España era una buena opción”, afirmó Horiha. Un jugador que pudo salir de Ucrania, con un primer destino en Alemania, cuando arrancó el conflicto bélico. “Es complicado estar fuera de mi país y lejos de parte de mi familia, pero quiero dar las gracias por la buena acogida que he tenido en Nava”.
Dos fichajes de primer nivel, con cierto aire de solidaridad, y a los que sólo nos queda desear que los próximos meses en Nava puedan triunfar en lo deportivo y disfrutar en lo personal.