El mejor juego del Nava en la segunda parte descolocó a su rival madrileño

El equipo navero jugó como si estuviera en casa ante la presencia de alrededor de 400 seguidores que coparon las gradas del Centro Deportivo Municipal de Entrevías

Con esta última victoria conseguida en Entrevías (Madrid) el equipo segoviano de Nava de la Asunción suma ya diez jornadas sin conocer la derrota. Toda una gesta que se avala los dulces momentos de gloria que viene viviendo desde hace tres temporadas que ascendió a Primera División. Además cuentan con una extraordinaria afición que forma un jugador más por el decidido apoyo que brinda a sus jugadores, con los que comparte estos momentos de gloria. En esta jornada llenó el pabellón de Entrevías e hizo sentir al equipo como si estuviera jugando en casa.

Lo visto en esta décima jornada disputada ante balonmano Madrid dejó claro que es un equipo con capacidad de resolver situaciones adversas remontando marcadores negativos hasta marcar su dominio y dejar fuera de juego a su adversario. Así pasó en este partido que comenzó marcando pauta, pero al no coger el sitio en defensa favoreció que los madrileños hicieran eficaz la ofensiva que siempre lanzaron por el centro con circulaciones y asistencias del central Oleaga, motor y máximo anotador de su equipo, a los laterales Aguerri y Recio, que culminaban abriendo hueco en los seis metros con certeros lanzamientos que sobrepasaban al guardameta David de Diego.

Esas acciones ofensivas locales también contaron con la colaboración que desde el pivote ofreció Barrosos. Este juego, junto a la férrea defensa ejercida, puso a los naveros contra las cuerdas en esta primera parte que cerraron con tres goles en contra (18-15).

Los madrileños veían posible derrotar al Nava, a pesar del apoyo que recibía éste desde las gradas. Pero el partido iba a dar un giro completo nada mas comenzar la segunda parte ya que Nacho debió poner las pilas en el vestuario y enmendó esa situación defensiva anterior, donde el 6-0 tomó posición, y cerró bien esa zonal central por donde los locales ejecutaban su juego más peligroso. Los huecos se cerraron y crecieron las dificultades de sobrepasar una barrera que cada vez se le atragantaba más al Madrid de Entrevías.

Tomado el sitio en defensa, y fortalecida la portería con eficientes paradas de Cristofer, no sólo se creaban ocasiones de salir al contraataque, que corrió Bruno con acierto, sino que también las jugadas de ataque cogían más cuerpo y coordinación con movimientos del balón que Carlos Villagrán y Roberto Turrado hacían llegar a Ismael y Roberto Pérez en la mejor posición de lanzamiento desde los nueve metros y penetrar con fuerza desde atrás o bien favorecer las asistencias al pivote Darío.

La presión se abrió también por los extremos, para que Alberto, Simón y Bruno penetraran con todas las posibilidades a la portería rival. El control del partido ya era absoluto y los del Madrid, que intentaron frenar el ataque del Nava con una fuerte defensa, no sólo se vieron desbordados, sino que se llenaron de exclusiones al pelear por neutralizarlo.

Al final hubo satisfacción general, y en particular del entrenador Nacho González, que estimaba positivo siempre sumar dos puntos fuera de casa y se mostraba contento con haber resuelto un partido “que no se dio bien en defensa en la primera parte al dejar muchos espacios. Pero luego cerramos bien y Crístofer nos reforzó con buenas paradas desde los exteriores. Ello les complicó marcar desde el centro y a nosotros nos permitió atacar con más calma y marcar goles por todas las partes marcando una diferencia que garantizara los dos puntos”.