Derrota sin paliativos del Nava en Leganés

El equipo segoviano jugó su peor partido de muchas temporadas.

Dice la sabiduría popular que el mejor escribano echa un borrón, y en la tarde del sábado el Viveros Herol Nava, que hasta la fecha mantenía una impecable trayectoria de competitividad en las tres temporadas que llevaba compitiendo en la Primera Estatal, echó ese borrón inesperado en la cancha del Balonmano Leganés, un equipo que intenta reverdecer viejos laureles, y que ante alrededor de 350 espectadores fue capaz de dejar sin respuesta al equipo navero.
Al principio del choque, nada hacía presagiar que el Viveros Herol Nava iba a sufrir una de las derrotas más fuertes de los últimos años, porque tras un inicio de partido igualado, el equipo de Nacho González alcanzó una diferencia de tres goles que llevaron la alegría al centenar de seguidores naveros que se trasladaron hasta la localidad madrileña.
Pero no tardó en verse que esa diferencia no era la real, porque la defensa 5-1 comenzó a atragantársele al Nava de una manera atroz. Los jugadores visitantes comenzaron a sumar errores que propiciaban las rápidas contras de los jugadores del BM Leganés, que en el ataque estático también pasaban por sus problemas, que casi siempre solucionaba su mejor jugador, David Benítez. El 12-9 con el que se llegó al descanso puso en evidencia los problemas naveros en ataque, pero se dejaba un resquicio para la esperanza, puesto que difícilmente el equipo iba a marcar menos de 10 goles en la segunda parte.

Pero lo imposible sucedió, entre otras cosas porque el Viveros Herol Nava jugó aún peor en la primera mitad que en la segunda. La defensa madrileña retardaba los ataques naveros hasta la desesperación, puesto que acumulaba falta tras falta que los árbitros señalaban, aunque sin sancionar la reiteración. Pero no sería justo apuntar el nombre de los colegiados como causantes de la derrota, puesto que los deméritos de los de Nacho González fueron demasiado numerosos como para centrar la atención en los árbitros.
De esta manera, el la segunda parte la ventaja local, lejos de disminuir, aumentó hasta los cinco goles, con el Nava fuera del partido, sin saber encontrar la manera de superar la intensa defensa de los jugadores madrileños, que fueron enlazando contragolpe tras contragolpe para marchar una y otra vez la portería segoviana, en la que Crístofer sacó muchos balones, pero evidentemente no pudo con todos.
A diez minutos para el final, unos buenos momentos defensivos del Nava le colocaron a tres goles, con posesión para reducir la desventaja a dos tantos. Pero se falló el ataque, el Leganés marcó en la contra posterior, y a partir de ese momento la desesperación de los visitantes les llevó a sufrir varias exclusiones, y finalmente a perder el partido por diez goles. Una diferencia que no existe entre ambos conjuntos.

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