10 minutos de ilusión y 50 de resignación
Poco más de 10 minutos. Eso es lo que duró el partido para el Balonmano Nava en el Polideportivo Huerta de Rey. Es cierto que siempre se sale a ganar, pero, en ocasiones, la cabeza cede, de manera inconsciente ante la lógica deportiva.
En esos 10 minutos, el Viveros Herol pensó que se podía, pero, a partir del 6-6, las cosas se torcieron de tal forma que, al cuarto de hora de partido, Álvaro Senovilla, viendo que el Atlético Valladolid se marchaba cómodamente en el marcador (10-6), tuvo que pedir un tiempo muerto que sirvió para poco más que para coger aire y echar un trago de agua.
Con el marcador igualado, el portero de los vallisoletanos, Javi Díaz, realizó dos paradas seguidos de sendos aciertos arriba de sus compañeros (8-6) que sirvieron para cimentar lo que sería la crónica de una victoria anunciada.
Tampoco funcionó la rotación en la portería para tratar de frenar a un ataque liderado por un más que brillante Diego Camino que supo fijar a los centrales y repartir juego (y goles) sin que ni Cabada ni Miranda ni De Diego fuesen capaces de sostener desde atrás al conjunto navero.
Por si el Balonmano Nava tuviera poco en la primera mitad, a falta de cinco minutos para la finalización de la misma, Carlos Villagrán (máximo goleador de nuestro lado con 5 goles, uno más que Alberto Camino) sufría una exclusión que no hacía sino poner las cosas más complicadas si cabía.
20-14 se llegó al descanso y los segundos 30 minutos fueron prescindibles. Más de lo mismo. Un mero trámite reglamentario antes de pensar en el próximo encuentro que tampoco va a ser sencillo: Zamora visitará el Municipal navero aupado a la tercera plaza.
Al final, 33-22, felicitaciones a los locales por la victoria en el derbi castellano y vuelta a casa con una idea aún más clara que antes de realizar el viaje: la temporada va a ser larga y dura y el objetivo, la permanencia, se va a vender caro.
Club Balonmano Nava