Un competitivo Balonmano Nava cae por la mínima en la Copa (28-27)

Viveros Herol Balonmano Nava mostró ayer su cara más competitiva y cae por tan solo un gol (28-27) ante el Ademar León en un encuentro que pudo empatar en los últimos segundos, pero Kilian Garajonay blocó el tiro de Borja Méndez.

Foto: Daniel Pérez.

Los guerreros naveros dijeron ayer adiós a la pretemporada tras caer en la primera semifinal de la VI Copa de Castilla y León ante ABANCA Ademar León en un partido en el que el equipo de Álvaro Senovilla plantó cara a los leoneses, teniendo además balón para empatar en los últimos segundos del encuentro. Una muy buena defensa, acompañados por una gran portería y un ataque en ocasiones errático estuvo a punto de arrebatarle la final a los de Dani Gordo, que tuvieron un poco más de acierto.

Le costó entrar al ataque navero en el partido que, entre pérdidas, postes y tiros fuera de los tres palos veía cómo en los primeros cinco minutos solo iba a ser capaz de anotar un gol. Eso sí, en el lado contrario de la pista, una buena defensa junto con la actuación de Patotski permitían a su equipo no sufrir una renta en contra demasiado amplia (3-1).

Mejoró Balonmano Nava en la faceta ofensiva que, aprovechando que la defensa seguía al buen nivel con que había empezado, dio la vuelta al marcador tras recuperar dos balones y anotar dos goles al contraataque, primero de Dani Pérez y más tarde de Prokop, provocando que Dani Gordo solicitara tiempo muerto en el 10:45 con 6-7 en el marcador.

Tras el parón, una exclusión a Dragan Šoljic ayudó a que Ademar consiguiera un parcial de 2-0 con el que se ponía de nuevo por delante en el partido. Pero Balonmano Nava no perdía la cara en el partido y, a pesar de estar de nuevo en inferioridad con otra exclusión a Gonzalo Carró, un par de paradas de Patotski contribuyeron para que sus compañeros pusieran a los de Nava de la Asunción un gol arriba (9-10).

A pesar de dos exclusiones casi definitivas al Ademar de León, Balonmano Nava no era capaz de tomar las mejores decisiones en ataque, sufriendo además un parcial de 4-0 en contra que ponía a los leoneses tres goles arriba. Pidió tiempo muerto Álvaro Senovilla a falta de cuatro minutos y medio para el final de la primera parte, aunque no cambió mucho las cosas ya que el equipo se seguía encontrando con un Kilian Garajonay que firmó un alto porcentaje de paradas durante todo el encuentro. Finalmente nos fuimos al descanso tres goles abajo con el 15-12 en el electrónico.

El paso por vestuarios no le sentó nada bien al conjunto navero que se encontraba una y otra vez con el portero del Ademar y que, además, recibía un parcial de 3-0 en pocos minutos con el que la diferencia se iba hasta los seis goles en contra. Por suerte, Luis de Vega, que salió en la segunda parte para sustituir a Patotski, se empezó a entonar y eso, sumado a una exclusión a Adrián Casqueiro, cambió la cara al Balonmano Nava que reducía las distancias hasta los dos goles con un parcial de 4-0 que ponía el 18-16.

Consiguió llegar a los últimos diez minutos de la semifinal con una renta positiva de 2/3 goles Ademar (25-22), con un Álvaro Senovilla que pedía tiempo muerto para preparar los próximos ataques naveros con siete jugadores. Desafortunadamente, no le funcionó y, tras dos tiros al palo y una pérdida, veíamos cómo los pupilos de Dani Gordo conseguían una diferencia de 5 goles a falta de menos de siete minutos para el final.

Pero por algo a la gente del Balonmano Nava los llaman guerreros y, del 28-24 pasamos al 28-27 con una defensa extraordinaria y con un Luis de Vega en portería que tampoco se quedaba atrás. Con bola para empatar, Senovilla pidió tiempo muerto a falta de 20 segundos para que acabase el encuentro para preparar el ataque de su equipo, pero finalmente el tiro Borja Méndez se encontró con Kilian Garajonay y Viveros Herol perdió la semifinal por la mínima (28-27).

Cayó con la cabeza alta el Balonmano Nava, que la semana que viene viajará hasta Granollers para disputar la primera jornada de la Liga Plenitude Asobal con la convicción de saber competir contra equipos de mucha calidad llamados a estar en la parte alta de la clasificación.