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«Que nadie nos dé por muertos»

Carlos Domínguez, el ‘no navero’ con más temporadas en el club, pide mayor continuidad en el juego.

«Que nadie nos dé por muertos»

Carlos Domínguez (Béjar, Salamanca, 1983) es ya una institución en el Balonmano Nava. Es el jugador ‘no navero’ con más temporadas en el club (cuatro) y uno más en el pueblo. Estos días carga las pilas antes de retomar la competición liguera el próximo sábado en Lanzarote. No descarta al Nava en la pelea por jugar la fase de ascenso a División de Honor Plata, pero cree que deben alcanzar mayor continuidad en el juego. E invita a los jugadores más jóvenes a dar un paso adelante para ayudar a paliar las importantes bajas que ha sufrido el equipo.

–Que poco les gustan los parones a los jugadores.
–Pues sí, nos gustan poco, pero creo que a nosotros nos viene bien este porque la dinámica que teníamos antes del parón navideño no era muy buena. Quizás sea bienvenido un poco de aire fresco.
 
–¿Por qué no alcanza el Viveros Herol Nava la regularidad de las tres temporadas precedentes?
–No hemos sido capaces de mantener un nivel continuo en el juego. Hemos tenido partidos buenos, pero los hemos compaginado con otros bastante malos. No hemos mostrado continuidad esta temporada, ni al principio ni al final de la primera vuelta. Por eso, el objetivo a partir de ahora es ir partido a partido, no marcarnos metas en la clasificación y no mirar más allá del próximo sábado.
 
–¿Ha sido un jarro de agua fría?
–Todos somos conscientes de que tenemos bajas importantes en el equipo. Todo influye y la baja de Roberto Pérez nos afecta. Unida a lesiones puntuales de algunos jugadores, tiene su efecto. Lo positivo de este año es que la competición está muy igualada. Salvo el primer clasificado, Antequera, que está un peldaño por encima del resto sin ninguna duda, los demás estamos muy igualados. Pierdes un partido, ganas otro, pierdes uno, ganas otro… Tan pronto te ves segundo en la clasificación como te ves cuarto. Entre comillas, el equipo, por supuesto, sigue animado, confiado porque sabe que, haciendo un buen arranque de la segunda vuelta, volverá a estar arriba. Estamos con ganas de que esto empiece y de sumar puntos cuanto antes.

–Se descarta que sea una cuestión de motivación, de ánimo.
–Somos muy realistas. Ni estos tres años que hemos jugado fase de ascenso éramos tan buenos, ni este año que las cosas están saliendo un poco más torcidas se nos ha olvidado jugar. Al final influyen una serie de factores que, por supuesto, te motivan más o te desmotivan otros días, pero no queda otra que arrimar todos el hombro y sumar, sumar, sumar. Con trabajo y entrenamientos intentaremos recuperar los buenos resultados.
 
–¿Puede que sea este un año de transición debido a que se han incorporado al primer equipo a varios jugadores muy jóvenes?
–No dejamos de ser un equipo que se abastece de gente de la casa. Eso está claro y hay que ir dando paso a gente nueva. En estas cuatro temporadas en Primera hemos tenido un equipo base con los mismos catorce o quince jugadores, pero al final todos tenemos nuestros trabajos, nuestras historias, y antes o después, la etapa de cada uno va tocando a su fin o ya no se puede comprometer tanto. Por eso, los jugadores nuevos, los jóvenes, son fundamentales para nosotros. Da la casualidad que este año tenemos bajas y las tienen que paliar ellos. Tienen que empezar a entrar con nosotros y a asumir protagonismo.
 
–¿Se llega a cansar uno de tener que realizar viajes tan largos por imperativo de la federación?
–Es una faena muy grande. A mí es un grupo que me gusta mucho porque se juega un balonmano más dinámico, pero son desplazamientos de seis-siete horas en autobús y eso se nota. No es lo mismo ir a la zona norte, como íbamos antes, que eran cuatro o cinco horas parando a comer. En nuestro grupo actual, esos viajes son los cortos. Supone pegarte unos madrugones tremendos y pasarte el fin de semana casi entero fuera de casa. Una plantilla corta como la que tenemos este año claro que lo nota, pero las excusas no valen.
 
–No hay que descartar todavía al Nava en la batalla por jugar la fase de ascenso.
–Ni mucho menos. Nuestro objetivo sigue siendo ese. Nos avalan estas tres últimas temporadas y hasta que sea matemáticamente imposible que nadie nos dé por muertos. Tenemos un partido menos por el aplazamiento del último encuentro de la primera vuelta contra el Lanzarote y hay que empezar a sumar ya. Por supuesto, la fase de ascenso tiene que seguir siendo nuestro objetivo.
 
–Le toca tirar del carro como ‘no navero’ con más antigüedad en el club.
–Soy navero también. Nos conocemos de toda la vida; desde pequeños hemos estado jugando juntos y para mí, Nava es mi segunda casa. Desde el prisma del balonmano, es la primera, mejor dicho. Estoy muy contento del trato que recibo aquí; me siento muy querido por la gente. Nunca sabes cuándo va a terminar esto, pero mientras pueda seguiré echando una mano y manteniendo el mismo compromiso.
 
–Un compromiso que está a salvo de propuestas de otros clubes.
–Es verdad que este verano sí que hubo algo por ahí, pero a nuestro nivel influyen otras cosas más allá de las meramente económicas. Nava es mi casa, me siento muy querido en el club y eso hizo que al final la balanza se inclinara para quedarme otro año aquí.

link: El Norte de Castilla

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