La impotencia de quedarse a las puertas
El Viveros Herol estuvo a punto de remontar un encuentro en el que se fe al descanso cuatro goles abajo.
Remontar un partido, demostrando superioridad y solvencia en la segunda parte, para acabar desfalleciendo en los minutos finales e irse de vacío, genera un sensación de impotencia. Eso es lo que le pasó al Viveros Herol, que sigue teniendo ciertas debilidades que están imposibilitando cerrar, de una vez por todas, la permanencia en la categoría.
Delante tenía a un hueso como el Balonmano Torrelavega, una de las revelaciones de la temporada que está vaciándose para alcanzar los play off de ascenso a Asobal y que, esta jornada, dio una lección de pundonor y de saber recomponerse para llevarse el gato al agua y dejar a los naveros con la necesidad imperiosa de sumar dos puntos la próxima jornada si no quieren que regresen las dudas.
Los locales no perdieron la cara al encuentro en unos primeros minutos que fueron de intercambio de goles en el marcador hasta llegar a los últimos minutos de la primera mitad, en los que los cántabros consiguieron despegarse de su adversario e irse al vestuario con cuatro goles de renta (13-17) que no hacían justicia a lo visto sobre la cancha.
No hicieron justicia porque los pupilos de Óscar Perales entraron muy enchufados, apoyándose en el ‘látigo’ de Álex Tello (8 goles) y en una defensa muy ordenada que provocaba que la circulación del balón de los visitantes fuese lenta y tuviesen muchas dificultades para encontrar un hueco que les permitiera lanzar con comodidad ante Samu Ibáñez.
Pero comenzaron los fallos desde el exterior de Antonio Llopis (2) y, a falta de ideas en estático, el Torrelavega aprovechaba esas jugadas que no acababan con lanzamientos claros de Nava para salir a la contra e ir encontrando oxígeno y un filón para acomodarse sobre la pista. Quizá esa fuese la clave: la vuelta a la pérdida de balones, algo que parecía superado y que sentenció, en cierta medida, al Viveros Herol.
Es cierto que un buen arranque tras el paso por los vestuarios llevó al Balonmano Nava a infringir la dureza de su defensa. En el minuto 10, un tanto de Bruno Vírseda (4) volteaba el resultado y ponía el 20-19 en el luminoso que, en minutos sucesivos, se convirtió en un 22-19 que invitaba a pensar en una nueva gesta segoviana.
Pero faltó gasolina y, apoyados sobre todo en Sergio Crespo (5), el Torrelavega echó el resto hasta acabar ganando el encuentro por 27-29 y dejar caras de frustación tanto a pie de pista como en una grada que no dejó de alentar a los suyos durante los 60 minutos.
Ahora ya si que no caben más resbalones en casa. EL próximo sábado el pabellón acogerá el derbi castellano de la categoría con la visita del MMT Seguros Zamora, cuarto clasificado que viene de dar un puñetazo sobre la mesa con la victoria en su casa ante al Barcelona B Lassa.
Club Balonmano Nava