El Nava toca el cielo
Consigue el ascenso a División de Honor Plata después de derrotar al Dominicos Zaragoza.
El Viveros Herol Balonmano Nava se ha colado entre los 32 mejores equipos de España. Ya es de División de Honor Plata, la segunda categoría de nuestro balonmano. No dejen de repetirlo, porque podrán presumir ante sus amigos de ser testigos de la hazaña de un club que pertenece a un municipio de poco más de 3.000 habitantes. El deporte regala historias como la de este pueblo, que ha sido capaz de convertirse en una referencia dentro del balonmano español.
Comenzó exportando jugadores (Miguel Ángel Velasco, Cristina Maestro, Raquel de la Cruz…), logró escalar hace un lustro a una categoría de índole nacional y enseguida se puso las metas más altas, hasta el punto de disputar tres fases de ascenso a la categoría que hoy alcanza en sus tres primeros años en la Primera Estatal. Un jovencísimo entrenador, Raúl Álvarez, es uno de los artífices de la gesta más importante de la historia del Balonmano Nava, pero antes que él ocuparon ese banquillo dos técnicos (Álvaro Senovilla y Nacho González) que ahora se encuentran trabajando en dos clubes de la máxima categoría (el Naturhouse La Rioja y el Cuatro Rayas Valladolid).
Es la magia de un pueblo cuya relación con el balonmano va más allá de modas y ciclos. En Nava de la Asunción, el balonmano es una religión y este ascenso le situará mucho más alto en el mapa. Lo merecía después de que en sus dos comparecencias anteriores en una fase de ascenso –ambas en Segovia, además– se hubiera quedado con la miel en los labios. Aquellas lágrimas de rabia y de impotencia se transformaron ayer en lágrimas de emoción de una generación de jugadores que ha conseguido elevar al Nava desde la competición regional a la segunda máxima categoría. Los David de Diego, Carlos Villagrán, Alberto García e Ismael Villagrán han sabido gestionar el paso del tiempo y han liderado un equipo que se ha nutrido principalmente de la factoría navera. Ángel González, Crístofer, Bruno Vírseda, Guillermo Campillo o Darío Ajo –entre otros– ejemplifican a la perfección el inmejorable trabajo que se ha realizado en la cantera. Y por el camino vienen nuevos nombres que apuntar: Pablo Rodríguez, Darío Ajo Martín, Mario…
La guinda al pastel la ponen los naveros de adopción, caso de Carlos Domínguez, Nico López, Javier Gamarra, Jesús de la Hera y Simón. También Roberto Pérez y Roberto Turrado, que comenzaron también esta aventura en septiembre.
Todos ellos son historia ya del Nava y de todo el deporte segoviano, que la próxima temporada tendrá en este equipo, en el Segovia Futsal y en el Unami femenino a sus máximos exponentes a nivel de clubes. Será difícil que venga alguien en los próximos años que iguale el tamaño de la gesta firmada por el equipo navero. Marcharse a jugar un jueves una competición a cientos de kilómetros de casa y regresar cuatro días después con tres victorias y el ascenso en el bolsillo ocupará varios capítulos en la memoria que algún día se escriba de los éxitos del deporte segoviano a finales del siglo XX y en los comienzos de este.
El equipo que entrena Raúl Álvarez dio el primer paso el viernes al derrotar al rival teóricamente más asequible –el Safa Metlife–, puso una pica en Flandes al superar también el sábado al Mecalia Atlético Novás, que ejercía de anfitrión y llegaba como gran favorito al ascenso, y completó el trabajo este domingo ante el Dominicos Zaragoza en un partido en el que le tocó trabajar mucho. Lo apuntaba su pivote Javier Gamarra en la previa: «El Dominicos es un equipo muy rápido; va a ser un partido muy complicado». Lo clavó, ya que el Nava se tiró toda la primera parte corriendo sin conseguir tapar las vías de agua que le provocaban en defensa las velocísimas transiciones del equipo zaragozano.
Un triunfo sufrido
Los naveros comenzaron bien el partido, muy fluidos en ataque. Ya fuera a través de Carlos Villagrán, Isma, Simón, los extremos o Darío Ajo, casi todos sus ataques acababan en gol. Sin embargo, pronto se vio que iban a sufrir porque la velocidad del Dominicos en las transiciones le impedía hacer los cambios defensa-ataque. O por lo menos no le dejaba fijar bien la defensa.
De esta manera, los zaragozanos, que también tenían opciones de ascenso tras su victoria del día anterior frente al Safa Metlife, se metieron en el partido y llegaron a ponerse con tres goles de ventaja mediada la primera mitad (12-9). Reaccionó rápidamente el Nava, aunque seguía sufriendo ante la apuesta por correr de su rival. Menos mal que dio con la fórmula para detener la hemorragia tras el descanso. En ese momento se puso al mando del partido y ya no lo soltó. Dos exclusiones seguidas a Isma Villagrán y a Javier Gamarra permitieron en el minuto 50 al Dominicos igualar el partido por última vez. Lo que vino después fue la fiesta y las lágrimas de emoción de los naveros. ¡¡¡ Son de Plata!!!
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