El líder impone su ley

El Covadonga canta el alirón ante un Nava que no pudo sellar su clasificación para el ‘play off’.

El Covadonga cantó el alirón en Nava de la Asunción y puso la guinda a una temporada impecable con un triunfo pleno de autoridad. Tampoco el Viveros Herol Nava consiguió frenar al equipo asturiano, que lleva camino de terminar la temporada sin una sola derrota en su haber. El arreón inicial del equipo de Raúl Álvarez no pasó de una simple declaración de intenciones frente a un rival que enseguida se mostró muy superior y que manejó a su antojo este duelo entre los dos primeros.
No se cumplió la ilusión de los naveros, que querían sellar la clasificación para el ‘play off’ ganando al líder de este grupo B de la Primera Estatal. No hizo los deberes y tampoco el Uharte le echó una mano ganando en la cancha del Lanzarote. Consiguió, eso sí, un triunfo simbólico gracias al ambientazo que volvieron a crear en su pabellón. Se notaba que era día grande pues desde la salida de los equipos a la pista, el público apretó de lo lindo. Jaleó cada ataque de los suyos y presionó como un defensor más a los del Covadonga en un comienzo trepidante.
El arranque del partido ayudó a alimentar su fe, ya que los de Raúl Álvarez salieron como un tiro. Comparecieron concentradísimos e hicieron muy pequeña la cancha al conjunto asturiano, que se mostró impreciso y fallón en los primeros minutos, intimidado, pareció, por la presión ejercida desde la grada y por la intensidad con la que se aplicó el conjunto navero. Los Villagrán (Carlos e Ismael) lideraron la parcela ofensiva y fueron protagonistas en el 5-1 de parcial que endosaron en los primeros seis minutos al cuadro asturiano. Igualmente, la defensa y Ángel González, titular en la portería, rindieron a un gran nivel en ese tramo inicial.
El arreón se prolongó, sin embargo, hasta que los árbitros permitieron que el Covadonga aumentara su agresividad en defensa. También su portero contribuyó a la reacción con varias intervenciones claves que propiciaron que el marcador se ajustara e incluso se igualara mediada la primera parte (7-7).
El Nava se atascó un poco en ese tramo, aunque la raza de Carlos Villagrán y la velocidad de Bruno Vírseda al contragolpe le mantuvieron a flote un poco más. Se empezaba a traducir en el juego y en el resultado la calidad que se le presupone al Covadonga, un equipo armado esta temporada para conseguir el ascenso de categoría. Marcaron la diferencia, sobre todo, su guardameta, que amargó la tarde a los jugadores naveros con un rosario inacabable de paradas, y Víctor Álvarez, un jugador claramente de categoría Asobal. Este movió de maravilla a su equipo y terminó el partido con once goles.
Aparte, en ataque, los asturianos, que enseguida se situaron con cuatro goles de ventaja (9-13), se afinaron y descerrajaron a Ángel González desde todas las posiciones. Ni siquiera la exclusión del asturiano Fernández hizo reaccionar a un Nava superado ampliamente a partir del minuto 15 por su rival. Un par de chispazos de Carlos Villagrán (el mejor en el primer tiempo) y de Guillermo Campillo permitieron maquillar el marcador al descanso (11-15), aunque las sensaciones registradas no permitían ser optimistas.
Tampoco el inicio de la segunda parte no fue más alentador, ya que el Covadonga consiguió un parcial de 5-1 (12-20) que dejó a los naveros heridos casi de muerte. Su técnico, Raúl Álvarez, tuvo que solicitar un tiempo muerto para frenar la hemorragia, pero las numerosas imprecisiones que protagonizaron sus jugadores y la falta de acierto de cara al gol que mostraron ayer parecieron terminar de condenarles.
Espejismo
Pero se resistieron a entregar la toalla y se mantuvieron agarrados de un hilo al partido con tres goles de Guillermo Campillo, Pablo Rodríguez y Carlos Villagrán. Un espejismo, ya que no fueron suficientes para contener a un Covadonga que hizo pocas concesiones. No se relajó prácticamente en ningún momento pese a que la victoria parecía nítidamente estar en su bolsillo. El Nava padeció, el gris partido firmado por Darío Ajo, neutralizado esta vez en el pivote por los defensores asturianos, y la poca sensibilidad de los árbitros, que se cebaron con él cuando ya estaba prácticamente todo decidido. Hasta David de Diego, que trató de insuflar ánimos a los suyos, fue excluido. También va a notar en estos partidos de tronío la ausencia de Roberto Pérez y Nico López, que no da la sensación que vayan a regresar de su periplo en el Cuatro Rayas Valladolid.
Los últimos minutos solo sirvieron para que el equipo navero intentara maquillar el resultado con el orgullo que le caracteriza, que no le abandona nunca. Tendrá que esperar todavía unos días más para definir su clasificación para el ‘play off’, aunque nada hace indicar que no pueda ganar uno de los dos partidos que le restan. Parece complicado el desplazamiento en el que se medirá al Balonmano Soria, y más asequible el último partido de Liga en casa frente al Arroyo. No debe haber motivos para el nerviosismo.

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