El análisis | Bidasoa Irún, a fuego lento
Bidasoa Irún es un ejemplo de constancia y sacrificio en el balonmano nacional. Cada temporada crecen un poco más y su técnico, Jacobo Cuétara, uno de los principales artífices del éxito, acaba de renovar hasta 2022.
Los irundarras han comenzado la Liga Asobal de la mejor manera posible. Tres de tres y una buena imagen como visitante, donde remontó en Pamplona un encuentro complicadísimo ante Anaita y sacó los puntos ante Cangas. Sin embargo, el equipo pinchaba en Europa después de que el RK Nexe se impusiera por 29-24 en Croacia, remontando así el 30-27 a favor de los españoles en la ida.
En verano, el club perdía a Rangel Luan, Rudy Seri, Léo Renaud, Paco Barthe y Esteban Salinas. Hombres importantes que han hecho crecer a la entidad en los últimos años, pero en su lugar llegaban fichajes de calidad y experiencia contrastada. Julen Aguinagalde volvía a casa, y lo hacía junto a José Manuel Sierra, Nicolás Bonanno y Dan Racotea.
Jacobo Cuétara cuenta con dos grandes centrales como son Sergio De la Salud y Jon Azkue. El primero aporta veteranía y saber estar. El perfecto director de orquesta para manejar el tempo del partido. Azkue es un jugador más eléctrico, que cuenta con un buen uno contra uno y facilidad para definir. De ambos se aprovechan Iker Serrano y Julen Aguinagalde. Los pivotes son un seguro de vida desde los seis metros, donde cada bola que recogen termina en el fondo de la red. El hispano ha sido el refuerzo de lujo de este mercado de fichajes, y de momento no ha fallado de cara a puerta: 5/5.
Bidasoa – Noelia Quero
En el lateral izquierdo tenemos a Dan Racotea y Nicolás Bonanno. El rumano es un «animal» en busca de espacios. No se amedrenta ante ningún oponente y tiene una cualidad innata para penetrar las defensas. Será una tarea muy complicada para la zaga blanquirroja frenar a Racotea. Por otra parte, Bonnano llega de Granollers para convertirse en uno de los muros de la 6:0, pero cuando juega en ataque, puede hacer daño con su tiro desde los nueve metros.
Donát Bartók aparece en el flanco contrario. La apuesta de la dirección deportiva en enero es una garantía de éxito para los bidasotarras. Internacional por Hungría, Donát es un portento físico, ágil en tareas defensivas e implacable en el lanzamiento, sus siete goles en ocho intentos así lo corroboran. Rodrigo Salinas aporta madurez en el costado derecho. El chileno es especialista en desatascar a los suyos, ya sea con una finta imposible o uno de sus famosos lanzamientos en apoyo.
En los extremos destacan Kauldi Odriozola y Adrián Crowley, que se muestran eficaces desde el puesto y puñales al contraataque. Aunque, en principio, parten como titulares, el papel que desempeñan Iñaki Cavero y Mikel Zabala resulta fundamental para el entrenador leonés, ya que cuando entran en el 40×20 rinden a un nivel altísimo, lo que conlleva que Irún no baje sus prestaciones cuando realiza las rotaciones.
José Manuel Sierra y Xoán Ledo forman una portería de muchísimos quilates para Bidasoa Irún. El «Quillo» ha vuelto a la Liga Asobal y a un club histórico para aportar su experiencia y ayudar al equipo a conseguir sus logros. Lo hará junto a uno de los mejores porteros españoles del momento. Xoán ha demostrado carácter y técnica a partes iguales con intervenciones espectaculares, con las que ha dado los puntos a los suyos. Para cercar los tres palos, los arqueros cuentan con dos guardianes de lujo: Matheus Da Silva y Thomas Teroriere, infranqueables en la 6:0 e indispensable en el esquema de Jacobo Cuétara.
Jugadores a seguir:
Kauldi Odriozola: Diferencial. Garra, calidad, fortaleza… los adjetivos se quedan cortos para describir al joven talento zurdo. Vital en la 5:1, aprovecha su físico para sobrepasar rivales al contragolpe y convertirse en una pesadilla para el guardameta contrario.
Jon Azkue: Inteligente, vertical, con la portería entre ceja y ceja. Hace mejor a sus compañeros. Un valor de futuro que ya está en la agenda de Jordi Ribera.
