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A octavos… ¡Y que pase el siguiente!

Parece mentira que, con lo que hemos sido capaces de vivir en los últimos años, aún nos sigamos sorprendiendo de la capacidad de superación de un bloque al que, aunque le ha costado acoplar los engranajes de la maquinaria, empieza a rodar.
 
 
Tanto que, el Balonmano Nava, contra todo pronóstico, menos para esos naveros que acuden, de manera incondicional a las gradas del municipal -porque ayer, como en otras jornadas de gloria, su aliento se trasladó al campo-, se imponía anoche a todo un equipo Asobal como es el GlobalCaja Ciudad Encantada. O lo que es lo mismo: por primera vez en su historia, pasaba por encima a un equipo de la primera división nacional del balonmano.
 
Desde el 1-0 hasta el 29-25 final, el equipo entrenador por Álvaro Senovilla estuvo por encima del marcador. Administró a la perfección la renta de 8 goles al descanso (17-9), consiguiendo que, a pesar de que los conquenses hicieron ‘la goma’ con el resultado, acercándose y viendo como Nava medía los tiempos, finalmente se logrará el pase a los octavos de final de la Copa. 
 
A mitad del primer tiempo y sin capacidad de sus jugadores para reaccionar ante la explosión que tenían delante, el técnico visitante, Lidio Jiménez, pidió tiempo muerto para intentar ajustar a su equipo. Imposible. El acierto de Guillermo Campillo (3 goles) y del capitán Carlos Villagrán (anoche 11 tantos), en los compases iniciales hicieron posible que se lograra una renta cómoda para lidiar con los tramos más complicados de partido, esos en los que, todo lo que ha tocado arremangarse en partidos de División Plata, sirviera para tener la experiencia suficiente y no dejar marchar otro hito en la historia de este club.
 
Con un Carlos Villagrán tirando de galones  y el juego exterior con el nombre propio de Bruno Vírseda, que, esta vez sí, estuvo atinado de cara a puerta (6 tantos), el ataque local encontró en ellos y en Ismael Juárez (5), que parece haber encontrado su sitio dentro del conjunto, a sus faros. Tanto que él, junto con Villagrán, fueron los encargados de no dejar escapar la victoria cuando, a falta de 14 minutos, la ventaja era de tan solo un 1 tanto (22-21)
 
Pero, una vez más, la victoria vino desde atrás. Dese la solidez defensiva y la solidaridad de un bloque que se movió a una para cerrar las puertas a un Ciudad Encantada que chocaba una y otra vez con David de Diego, titular ayer en otras de esas actuaciones soberbias a las que nos tiene acostumbrados desde hace años.
 
La ranchera que entona la grada, en las buenas y en las malas, lo deja claro: «Pero sigo siendo el Rey». Y esta, es nuestra Copa. Un paso más para agrandar la historia de un club, un pueblo y una afición.
 
Club Balonmano Nava         

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